1825. .: ... CORREO. En otros tiempos cuando uno tenia un amigo en Constantinopla y otro en Moscow, era necesario esperar su venida para tener noticias de ellos; pero en el dia, sin salir de su gabinete podemos hablar familiarmente con ellos por medio de un pliego de papel, y aun se le puede mandar por el correo una bolsita contra las apoplegias del boticario Arnoud; y sera recibida mas infaliblemente, que lo que curara. Si uno tiene necesidad de dinero en Petersburgo y otro en Esmirna, el correo hace este negocio. Si tu querida esta en Burdeos, y tu delante de Praga con tu regimiento; ella le asegura de su afecto, y te comunica todas las noticias de la ciudad, escepto las infidelidades que te hace. En fin el correo es el lazo de todos los negocios; por el los ausentes estan presentes, y es el consuelo de la vida. La Francia, donde se restablecio esta hermosa invencion en nuestros tiempos barbaros, ha hecho este servicio a toda la Europa. Asi jamas ha corrompido este beneficio, y jamas el ministerio que ha tenido el ramo de correos, ha abierto las cartas de ningun particular, escepto cuando ha habido necesidad de saber lo que contienen. No sucede lo mismo en otros paises, segun dicen. Se pretende, que en Alemania, en pasando las cartas por cinco o seis dominios diferentes, eran leidas cinco (c) seis veces; y que al fin estaba tan roto el sobrescrito que era necesario poner otro. Craigs, secretario de estado en Inglaterra, no quiso jamas que se habriesen las cartas en sus oficinas: decia que esto era violar la fe publica que no es permitido apoderarse de un secreto que no se nos ha confiado, que casi siempre es mas criminal robarle a un hombre sus pensamientos, que robarle su dinero, y que esta trahicion es tanto mas ruin, cuanto que se puede hacer sin riesgo y sin poder ser convencido de ella. Para guardarse de los curiosos se penso desde luego escribir en cifras, cuyo arte se llama esteganograf&#.