CARRIZO Victor Abeyta, descendiente de Gabriel y Bernardo Abeyta del Santuario de Chimayo, le da vida en estos recuerdos y tributo a sus padres, a un fragmento de la historia de Nuevo Mexico poco difundida. Gran parte del libro esta basado en cuentos relatados por su padre, Jose Porfirio Abeyta y por su madre, Maria Carmen Sabina Sandoval. El autor entreteje sus relatos en una narrativa a veces impulsada por la incertidumbre y otras, iluminada por una descripcion lirica del canon del Carrizo y Blanco, ambos en el noreste del estado de Nuevo Mexico. Vivimos la soledad y los suenos del nino Jose Porfirio, quien a los diez anos de edad cuida a solas en las mesetas, durante el verano, el rebano de su padre. El drama y desarrollo de aquel nino, ya hecho hombre, se ve cuando doma a un caballo mesteno, cuando llega a un acuerdo tras el infortunio economico de la perdida de sus vacas y sus ovejas por una terrible nevada, y, finalmente cuando para sobrevivir, debe anteponer su familia a sus suenos y adaptarse a trabajar como empleado de un "gringo." Carmen Sabina, su madre, es una figura importante en esta historia. Es una joven talentosa, preparada hasta el septimo ano en el convento Ursulino en Santa Fe donde aprende el ingles, idioma sobre el cual hace hincapie en la preparacion de sus hijos. Ella aprende a vivir en el medio ambiente arido y aspero del rancho donde obtuvieron tierras, dando a luz y criando a ocho hijos. La vemos haciendo chicharrones, jabon, cosiendo ropa para los ninos, preparando lo necesario para pintar con cal y hasta asumiendo el papel de medico de la familia, al atender expertamente fracturas de huesos solo con las instrucciones de su "Guia Practica de la Salud." Sus vidas se iluminan sobre el telon social y politico de las distintas fases del siglo 20, atravesando las dos grandes guerras, los cambios sobre el uso de tierras, antes bajo el sistema politico y legal espanol, y los avances tecnologicos. Aunque escrito como un tributo personal a su familia, este libro supera lo personal y nos traslada a esa manera de vivir donde el pan de cada dia se tenia que arrancar a un suelo arido y donde los animales, silvestres o domesticos, eran una compania. Tambien es un homenaje a un lenguaje y a una cultura ya olvidados.